Influencia de la utilización de hierbas medicinales en tratamientos con drogas antiretrovirales para el VIH
Hoy día, hay una serie de tratamientos para el VIH que aunque no logran erradicar el virus, mejorar la calidad de vida de los pacientes. El tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA o HAART por sus siglas en castellano e inglés, respectivamente), efectivamente previene la replicación del virus, restablece el sistema inmunológico y reduce la morbilidad tanto como la mortalidad. Sin embargo, existen una serie de factores que impactar negativamente sobre los resultados de los tratamientos, uno de los cuales es la interacción con sustancias fitoterapeúticas, ya que las hierbas medicinales son percibidas como complemento natural e inofensivo. El trabajo publicado en la revista Farmacia Hospitalaria, una revista de Elsevier que se publica en español, tuvo como objetivo analizar la incidencia del uso de plantas medicinales en pacientes con VIH sometidos a TARGA, y evaluar la existencia de posibles interacciones. Los productos fitoterapeúticos son complejas mezclas de compuestos orgánicos que pueden potencialmente en algunos casos, inducir o inhibir la acción de enzimas responsables del metabolismo de drogas o también actuar sobre las proteínas transportadoras. Si esta interacción ocurriera, podría resultar en concentraciones de drogas en sangre demasiado altas o bajas. El riesgo sería mayor para aquellas drogas con un margen terapéutico estrecho. Los investigadores, M. Vázquez Hernández, M.F. Hurtado de Gómez y J.R. Blanco del Hospital de San Pedro en Logroño, España, diseñaron un estudio prospectivo- entrevista dirigida- que se realizó entre octubre y diciembre del 2007. Sobre un total de 193 pacientes que aceptaron participar en la entrevista, 32 (16,6%) confirmaron que consumieron al menos una planta medicinal durante el tratamiento. De dichos 32 pacientes, 12 (37,5%) consumieron alguna planta medicinal sobre la cual había información bibliográfica advirtiendo acerca de su potencial tóxico. Los investigadores señalan que entre los 32 pacientes que consumieron plantas medicinales, el 37,5 % las consideraba un “medicamento”. Vázquez Hernández y su equipo luego registraron las siguientes variables en todos los sujetos de estudio: edad, sexo, método de contaminación, carga de virus en el plasma, cantidad de linfocitos CD4, adherencia al tratamiento, y el tipo de tratamiento antirretroviral de gran actividad que estaban utilizando. No encontraron diferencias significativas en ninguno de los parámetros medidos en los 193 pacientes en tratamiento y los 32 en tratamiento que adicionalmente consumieron plantas medicinales. Las principales especies vegetales consumidas fueron: 46% pomelo, 21% cardo mariano y 21% equinácea. Otras especies consumidas fueron Ginseng, “hierbas chinas”, y preparados con omega 3. marihuana, aloe vera, angélica, soja, levadura de cerveza y uña de gato. Los autores consultaron las siguientes bases de datos para obtener información sobre las interacciones posibles de las drogas vegetales mencionadas: aSociedad Española de Farmacia Hospitalaria). bUniversity of Liverpool).
(Colegio Oficial de Farmacéuticos de Viscaya). De acuerdo a la búsqueda bibliográfica, el pomelo reduce la biodisponibilidad de indinavir entre un 20 y 30%, mientras aumenta la del saquinavir, en todos los casos por una inhibición del CYP3A4. Esta interacción es moderada. En el caso del cardo mariano, se ha observado que reduce la biodisponibilidad del indinavir mediante una activación del CYP3A4, con un nivel de interacción moderado. Sin embargo de estas tres drogas más consumidas, la equinácea es la única cuya interacción no se recomienda ya que inhibe el CYP3A4 y la glicoproteína P intestinal pero induce la CYP3A4 hepática, con lo cual reduce el nivel plasmático. Asimismo el nivel de saquinavir puede aumentar por el efecto sobre CYP3A4. De las otras drogas vegetales mencionadas, estudios sobre la interacción de nelfinavir e indinavir con marihuana indican la necesidad de un ajuste de la dosis debido a que reduce la Cmax del nelfinavir por 17% y la Cmaz del indinavir por 34%. El hipérico es otra de las drogas cuyo uso está contraindicado debido a evidencias de una interacción farmacocinética con CYP3A4 y la glicoproteína P lo que lleva a una reducción en la biodisponibilidad del 57% del indinavir y del 35% del nevirapin, algo que se podría extender a otras drogas anti-VIH del grupo de las inhidoras de la proteasa.Tanto la uña de gato como otras drogas vegetales, tales como el ajo y valeriana interactúan con diversos anti-retrovirales de maneras diversas pero con una interacción moderada. Los investigadores observaron que es común que pacientes en TARGA consuman plantas medicinales y que, según las encuestas realizadas durante el período de investigación, esto ocurre frecuentemente sin el conocimiento de su médico. Los autores dicen que aunque no se sabe exactamente qué proporción de ciudadanos españoles consume plantas medicinales, hay trabajos que sostienen que ha aumentado el número en los últimos años. Agregan que la población en general cree que estas sustancias son saludables, y no están al tanto de que en algunos casos puede haber interacciones con efectos adversos para el paciente. De acuerdo a trabajos previos, se sabe que las razones que los pacientes dan para consumir plantas medicinales son que creen que aumenta la eficacia del tratamiento, mejoran su calidad de vida, reduce los efectos adversos o colaterales de la terapia TARGA, y les da una sensación de control. Vázquez Hernández y su equipo señalan que, según sus encuestas, el 62,5% de los pacientes que consumen plantas medicinales no sabe exactamente qué tipo o especie de planta están ingiriendo, no podían decir cual es su efecto específico, y la mayoría había comenzado a utilizarlas siguiendo recomendaciones de personas sin conocimiento específico. Las encuestas también revelaron que una fracción considerable de estos no sabía que el consumo de plantas medicinales podía tener un efecto adverso sobre su salud. Esta fue una de las razones por las cuales algunos pacientes no avisaron a sus médicos acerca del consumo de dichas plantas. Los investigadores sostienen que este estudio muestra que los médicos deben preguntar específicamente a sus pacientes si están consumiendo plantas medicinales. Además, que los pacientes deberían ser informados específicamente del tema por sus médicos y farmacéuticos.
Por último, los autores dicen que en general, hay verdaderamente poca información acerca de las interacciones entre plantas medicinales y tratamientos antirretrovirales de gran actividad, y que en algunos casos la información es contradictoria. Fuente: M. Vázquez Hernández, M.F. Hurtado de Gómez y J.R. Blanco. The influence of alternative medicine in highly active antiretroviral treatment. Farm Hosp. 2009;33(1):31-6 www.elsevier.es/farmhosp Resumido por Erica Wilson para Profitocoop.
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