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Queridas familias de Nivel Inicial, queridas Maestras y Equipo Directivo: Los actos de fin de curso tienen mucho de alegría y algo de nostalgia. Alegría por ser el punto culminante de todo un año de esfuerzo, tanto de los docentes como de los alumnos; alegría por ver el avance y el crecimiento de cada niño en el curso que culmina; alegría por la llegada de la Navidad y el Año Nuevo con sus promesas y esperanzas para el futuro; alegría también porque llega el momento del descanso bien merecido y de aprovechar para realizar otras actividades con más gratuidad y menos apuros. Nostalgia, a su vez, por la etapa que se termina y por los recuerdos que nos quedan, vivencias que podrán volver en forma parecida pero no idéntica. En este marco de esta fiesta de fin de curso, los sentimientos de gran alegría y una pizca de nostalgia atraviesan los corazones de todos, pero especialmente por el de una persona de los aquí presentes, a quien van dirigidas las siguientes palabras . Esa persona es nuestra muy querida Maestra Nancy. Esto es porque, después de 37 años al frente de la clase de Nivel Inicial de cinco años, la Maestra Nancy se jubila de éste cargo y del de Secretaria del Colegio. Deja un cargo, pero no la docencia ni ésta, que es su casa. A partir del año próximo Nancy nos seguirá acompañando en otra función: como apoyo a la catequesis de sus compañeras Maestras de Inicial y Primaria, y como coordinadora de las actividades pastorales de estos niveles educativos. Nancy se queda con nosotros y se queda en el corazón del Colegio, que es hacer presente entre los niños el amor del Corazón de Jesús. Por tanto éste no es un discurso de despedida, sino un discurso para decir GRACIAS. Gracias Nancy por el camino ya andado y gracias por adelantado por el que andaremos juntos e n los próximos años. Es un momento en el que todos debemos pararnos y mirarte, para ver en ti y a través de ti, la presencia de Jesús entre nosotros. Descubriste muy jovencita aquello que amabas y lo has hecho desde entonces con todo el corazón, eso Nancy se llama VOCACIÓN, eso Nancy es lo que llena tu vida de luz y sentido. Porque tu presencia en todos estos años ha estado marcada por el amor: cada niño que ha pasado por tu salita ha sido tocado por tu ternura, cada familia ha sentido tu comprensión y apoyo, cada compañero o compañera de trabajo ha experimentado tu cariño y cercanía. Como Maestra has sido tierna y exigente, has sabido sacar lo mejor de cada niño, has trabajado con cada uno individualmente, conociendo su carácter, sus fortalezas y dificulta des. Has buscado con cada uno el camino secreto de su corazón para llegar desde ahí al conocimiento y a la expresión. En un mundo cambiante, donde nada es seguro, los niños precisan crecer con referentes adultos que les señalen con claridad el camino y que les inviten a caminar por él con alegría. Tú Nancy has sido eso para los alumnos que terminan hoy el Nivel Inicial y lo fuiste para tus alumnos de ayer. Estos niños de hoy no lo pueden expresar con estas palabras, pero lo descubrirán como tantos exalumnos tuyos, hoy hombres y mujeres, que se acercan al Colegio y que no pueden evitar una pregunta “¿Aún está Nancy?” que siempre, siempre, va seguida por esta otra “¿Puedo pasar a saludarla?”. Y todo este amor, esta contención, esta guía nace de tus dones personales, de tu actitud para encarar la vida, de la experiencia construida con los años… y también nacen de un lugar más: de la fe. Una fe que llegó a ti a través del testimonio recibido en casa, sobre todo por el ejemplo de tu mamá, y también por el testimonio recibido en la escuela, de parte de aquellas Hermanas de María Auxiliadora que con tanto cariño recuerdas. No sé si será casualidad que hayas nacido un 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, y que por ello tu segundo nombre sea María, lo que sí sé es que un gran amor a la Virgen ha acompañado siempre tu fe en Jesús. Por esto es también significativo que estemos en tiempo de prepararnos para la Navidad, esta fiesta especial de Jesús, de María y de José. María y José recibieron una misión: l a de cuidar la vida pequeña que crecía como una promesa de Dios, ésa Nancy ha sido también tu misión, cuidar la vida de estos pequeños puestos en tus manos con confianza. María y José dieron lo mejor de sí porque reconocieron en aquel pequeño a Dios mismo encarnado, tú Nancy has dado también tu mejor esfuerzo porque has sabido reconocer en la mirada de cada niño una chispa de la luz divina. María y José se alegraron por Jesús y supieron que la misión de ellos era pasajera, porque sólo Jesús es eterno, del mismo modo Nancy tú también lo sabes y no te alegras por tus propios éxitos de estos años sino porque en éste tiempo Jesús ha estado a tu lado y Él estará por siempre con los niños (muchos hoy ya hombres) que has acompañado. Muy querida Maestra Nancy: Te deseo en nombre de la comunidad de Hermanos, del Equipo Directivo y de toda la familia del Colegio Sagrado Corazón, que este año vivas en forma especial la Navidad. Encontrando en quienes te rodeamos y en ese humilde pesebre de Nazareth todo el amor, la gratitud y la esperanza que tú te mereces y que Dios quiere regalarte.

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